Masoquismo moral, culpa o necesidad de castigo?


Freud clasificó el masoquismo en tres tipos, el masoquismo erógeno, el cual encuentra el dolor como placentero. El masoquismo femenino, explicado desde el masoquismo masculino donde queda manifestado la femineidad, refiriéndose al “dejarse hacer”. Y el masoquismo moral, aquel en donde existe la conciencia de culpabilidad inconsciente. Forma de sufrimiento que puede venir de otros objetos, donde el instinto de destrucción está orientado hacia adentro actuando en contra del propio yo, manifestado en sujetos donde se devalúan a sí mismos, sintiendo inconscientemente placentera la experiencia devaluatoria siendo a su vez la ventaja de la enfermedad, y tambien una gran desventaja puesto que observan como liberador el dolor, como un mitigante de la culpa, por lo que le resulta difícil abandonar la enfermedad, por esa misma necesidad de castigo, experimentada por el yo, pero ejercida por el súper yo, siendo éste el responsable de la conciencia de culpabilidad. 

 

Actuando el súper yo de manera cruel e implacable contra el Yo, el súper yo como heredero del complejo de Edipo tiene introyectada la ley del padre y de los objetos representativos, como maestros, o cualquier influencia significativa de autoridad en la vida del sujeto. 

 

Como lo describe Freud en su escrito EL YO Y EL ELLO. (1923) APARTADO III EL YO Y EL SÚPER YO  “super-yo conservará el carácter del padre, y cuanto mayores fueron la intensidad del complejo de Edipo y la rapidez de su represión (bajo las influencias de la autoridad, la religión, la enseñanza y las lecturas), más severamente reinará después sobre el yo como conciencia moral, o quizá como sentimiento inconsciente de culpabilidad” lo cual puede ser observado en las respuestas que puede manifestar el propio sujeto con su persona, ya sea en inhibición de conducta, somatización o bien en algún otro síntoma que le represente una descarga.

 

Manifestándose de manera peligrosa el masoquismo moral cuando procede del instinto de muerte dirigido contra el propio Yo.

 

Esto se puede ver manifestado en los pacientes en los cuales al tener un SYO sadico, cuando llegan a cometer un acción “inadecuada” le cae encima con todo la introyección de las leyes de los objetos representativos, los cuales pueden ser padres, maestros o cuidadores.

 

También se puede ver en otros pacientes que se martirizan a sí mismos y que parte de ese sentimiento inconsciente de culpabilidad es la “ventaja de la enfermedad” siendo experimentada ésta como una forma de mitigar la culpa, lo que a su vez puede ser difícil al tratamiento por presentar conductas que actúen de manera que se rebele contra la cura, no queriendo abandonar la enfermedad. Por una necesidad inconsciente de castigo. 

 

 

 

A lo que se debe identificar en el paciente según sea el caso, si éste vive su conflicto  o mitiga alguna culpa a través de su síntoma. 

 

 

 

Bibliografía 

 

El problema económico del masoquismo (1924). 

El yo y el ello (1923) Apartado III. El yo y el súper yo. 

Obras completas. Ballesteros. 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Historias contadas por un diván

Qué significa ser responsable?

Solo la propia experiencia hace crecer al hombre